Cuentos de la Prosa Poca

DESDE NUESTROS FÉRETROS

1.

Qué raro, nada veo, si fue de día cuando medio el mareo. ¿Estaré acaso muerto?

 

2.

Me da que no se ha enterado el ciego ese de al lado, que pidiendo su bastón se pasa las noches entera.

 

3.

Me figuro cuál sería tu sorpresa, al comprobar que con suicidarte no estaba todo hecho.

 

4.

Decidí que mi corazón se parara aquella tarde de octubre, y vosotros que poseéis tantas frases, dijisteis que había fallecido.

 

5.

Y si no tiene colchón ni sábanas, por qué razón le llamáis así, a éste, mi lecho de muerte.

 

6.

Gran ocurrencia la de su padre, al enterrarle con los libros, por si le apetecía seguir preparando las oposiciones a notarías.

 

7.

Le hicieron la sepultura con periscopio en vez de cruz, más por curioso que ateo.

 

8.

Raro que hayan puesto una chimenea en el panteón del de enfrente, si no le dejaron tabaco.

 

9.

Por más metros cuadrados que tenga tu mausoleo, difícilmente los vas a correr.

 

10.

Tan sólo en la tierra que cubre a aquel pordiosero, han crecido las flores, pues nada germina en el mármol

 

11.

Pareciera como si temierais que nos va a faltar algo si no grabáis epitafios, y lo que nos falta son otras cosas.

 

12.

“Tu mujer e hijos no te olvidan” Tardó algo en comprender, que lo que querían indicarle era que no iban a volver más.

 

13.

“R.I.P.” Hasta en estas ocasiones ahorráis muchas palabras.

 

14.

“Anselmo de las Heras. Médico” Aquí ya no eres nadie. Aquí no hay muertos médicos ni muertos ricos. Aquí hay muertos muertos, y si no prueba a curarte.

 

15.

“Una oración mejor que una flor” Y mejor que una flor, un televisor, o un ventilador, digo yo.

 

16.

“Restos de la familia Antón Hernani” Lindo letrero de residuo, bajo el que yace el sobrante de una vida, una operación de poco sumando y mucho sustraendo.

 

17.

Es de noche cuando es de noche, y de noche cuando de día, y en invierno tal en verano, duran lo mismo mis días.

 

18.

Se me confunden los claros y oscuros, el norte y el sur, arriba y abajo, y la calma y la prisa.

 

19.

No es de todo esto la sed lo que molesta, ni el hambre, que se mitiga picando del propio cuerpo, sino el tedio.

 

20.

Tanto me sobra la vida en este reloj sin agujas, que llevando en él ocho siglos, aún me siento muy joven.

 

21.

Porque nada se oye y nada huele, debe hacer un sol de justicia, como el de aquellos insípidos y bobos días de agosto.

 

22.

Cuando cesa el zumbido de los mil millones de moscas,sabemos que se ha hecho la noche.

 

23.

Barrunto por el olor a mojado que el día está gris, y ello, que antes tanto me mataba, ahora ya no me afecta.

 

24.

Ya era hora de tormenta; y tan cerca tengo la tierra, que huelo más a empapado, resucito, vivo y me contento.

 

25.

Para que tanto muro y baldosas de granito, para qué cajas con cerrojos si no pensamos escaparnos.

 

26.

Qué sentido tiene estar aquí de para siempre, si apenas allí fui.

 

RELATOS DE BIG BANG

1.

Apenas tres meses son poco para que razones que ese agudo llanto, pidiendo el pecho de tu madre, que se lo está dando a tu padre, enronquecerá enseguida, a pesar incluso de que tu hambre aumente.

2.

¿Me querrás explicar tu adolescente obsesión por crecer, para después, a partir de los veinte años, decidir no hacerlo más?

3.

Nadie se hubiera podido imaginar que después de aquella jadeante y gritante explosión de amor en el asiento trasero del coche, con las gafas de él en el cogote y las bragas de ella en un tobillo, viniera esa calma dormilona en la que hasta se oía el tic tac de sus relojes.

4.

Lo que ya no me encaja tanto es la infinidad de besos y aspavientos que siempre tuviste para tu hijo, después de haberte oído decir el otro día que ni una peseta le dabas para abogado, y total porque el pobre muchacho se había entregado a la heroína y atracado doce bancos.

5.

Y después de aquel gigantesco esfuerzo para incorporarte de tu cuna, tan horizontal como naciste, te moriste.

6.

Ay, si te hubieran enseñado que un agujero negro se expande y se ilumina, para regresar tarde o temprano a su oscuro punto primitivo

 

DIVERTIMENTOS QUE EMPIEZAN POR CUANDO

1.

Cuando los cabezudos entran en un bar a media mañana para descansar y quitarse sus caras de fuera, los niños les gritan: borrachos, borrachos.

2.

Cuando el abogado aducia en su alegato de defensa de un delincuente juvenil que se acordaran que su señoría había tomado la primera comunión bajo los compases del Largo de Haendel, el Juez no acertaba a comprender qué tuviera que ver una cosa con la otra; y de no ser porque conocía al letrado desde niño, le hubiera llamado la atención.

3.

Cuand les preguntó que por qué al principio tomaban el consome a cucharadas, para enseguida beberlo asiendo la taza, argumentaron enfáticos que se había hecho así toda la vida.

4.

Cuando inquirió a su hijo, que estaba llorando porque quería que le compraran una escopeta, que para qué quería más si ya tenía tres iguales, el niño razonó que para tener cuatro.

5.

Cuando le reveló que quería marcharse de casa unos meses porque al igual que los campos necesitaba barbechar su amor cansino, la otra le amenazó que donde le iban a barbechar etra en el Juzgadio de Guardia si continuaba soltando tonterías.

6.

Cuando su hijo cumplió dos años, se separó de su mujer, una solista que interpretaba las nanas en el coro.

7.

Cuando a causa de una colisión murieron todos los pasajeros que el Madrid-Paris iban sentados justo delante de él, se sintió un tipo más seguro de sí mismo y más feliz.

8.

Cuando vio un domingo de otoño a aquel hospiciano sin casi hasta hache, decidió no ser feliz.

9.

Cuando el cadáver de Klaus quedó en el depósito del hospital, después de haber sido embalsamado por un magnífico tanátologo, quien también le realizó una operación de cirugía plástica en el rostro, destrozado a consecuencia del disparo que él mismo se había proyectado desde debajo de la barbilla; su mujer, que por feo lo había repudiado en vida, hizo con él el amor.